domingo, 19 de febrero de 2017

Levántate

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En ocasiones las circunstancias nos distraen del propósito de Dios en nuestras vidas, por lo que debemos hacer un esfuerzo para levantarnos y salir de esa condición.
Veamos algunos ejemplos:
Mateo 8 “Cuando Jesús entró en casa de Pedro, vio a la suegra de este en cama, con fiebre. Le tocó la mano y la fiebre se le quitó; luego ella se levantó y comenzó a servirle.
La fiebre era un síntoma de una infección o un virus que tenía a la suegra de Pedro postrada, era necesario que Jesús la tocara para sacarla de su condición y conectarla con el propósito de servir.
Mateo 20 “Dos ciegos que estaban sentados junto al camino, al oír que pasaba Jesús, gritaron: ―¡Señor, Hijo de David, ten compasión de nosotros! La multitud los reprendía para que se callaran, pero ellos gritaban con más fuerza: ―¡Señor, Hijo de David, ten compasión de nosotros! Jesús se detuvo y los llamó. ―¿Qué quieren que haga por ustedes? ―Señor, queremos recibir la vista. Jesús se compadeció de ellos y les tocó los ojos. Al instante recobraron la vista y lo siguieron.
La falta de visión tenía a estos hombres sentados, fue necesario que se levantaran y clamaran por su milagro para poder recibirlo.
Hechos 3 “Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración.  Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna de los que entraban en el templo. Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iban a entrar en el templo, les rogaba que le diesen limosna. Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos. Entonces él les estuvo atento, esperando recibir de ellos algo. Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos; y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios.”
Este hombre lisiado estaba mendigando, fue necesario que le miraran a los ojos, llamaran su atención, impartieran el poder de Dios sobre su vida y lo pusieran sobre sus pies para que sus tobillos fueran afirmados. Al instante el mendigo comenzó a alabar a Dios.
Muchas personas se encuentran en cama por una enfermedad o un virus, algunos están sentados sin visión, mientras que otros están mendigando, es tiempo que se Levanten y sean activados al cumplimiento de sus propósitos en Dios. Para este tiempo Dios está haciendo un llamado a Orar.
Las circunstancias o la rebeldía es la causa de las distracciones. Vemos el ejemplo del profeta Jonás, su propósito era ir a la ciudad de Nínive a proclamar, pero su rebeldía lo llevo en la dirección contraria a Tarsis. Esto trajo consecuencias: “Pero el Señor lanzó sobre el mar un fuerte viento, y se desencadenó una tormenta tan violenta que el barco amenazaba con hacerse pedazos. Los marineros, aterrados y a fin de aliviar la situación, comenzaron a clamar cada uno a su dios y a lanzar al mar lo que había en el barco. Jonás, en cambio, había bajado al fondo de la nave para acostarse y dormía profundamente. 6 El capitán del barco se le acercó y le dijo: ―¿Cómo puedes estar durmiendo? ¡Levántate! ¡Clama a tu Dios! Quizá se fije en nosotros, y no perezcamos.”
Luego fue lanzado al mar y tragado por un gran pez. “Entonces Jonás oró al Señor su Dios desde el vientre del pez. Dijo: En mi angustia clamé al Señor, y él me respondió. Desde las entrañas del sepulcro pedí auxilio, y tú escuchaste mi clamor. A lo profundo me arrojaste, al corazón mismo de los mares; las corrientes me envolvían, todas tus ondas y tus olas pasaban sobre mí.”
En ocasiones somos como Jonás, rebeldes que nos vamos en dirección contraria al propósito, que preferimos dormir en medio de la tormenta.
No esperes el día de angustia para orar, levántate y proclama el mensaje que Dios ha colocado en tus labios, cumple tu propósito.  
Isaías 60 ¡Levántate y resplandece, que tu luz ha llegado! ¡La gloria del Señor brilla sobre ti! Mira, las tinieblas cubren la tierra, y una densa oscuridad se cierne sobre los pueblos. Pero la aurora del Señor brillará sobre ti; ¡sobre ti se manifestará su gloria! Las naciones serán guiadas por tu luz, y los reyes, por tu amanecer esplendoroso. 


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miércoles, 10 de febrero de 2016

TÚ AMAS LA VERDAD EN LO ÍNTIMO



Salmos 51:6

Te levantas, te preparas, inicias tu rutina diaria, descansas unos pocos minutos… vuelves y retornas a la rutina, se hacen las seis de la tarde, es hora de ir a la célula, a la congregación, vas a casa, y así pasan los días, pasan los años, pasa la vida.

Hoy, nos hacemos la siguiente pregunta: ¿Por qué hacemos lo que hacemos? ¿Por qué haces lo que haces? ¿Cuál es la motivación que te lleva a hacer las cosas? La rutina, la sociedad, la religiosidad pueden hacer que perdamos la esencia y la motivación correcta por la cual estamos de paso en esta tierra. Y más aún, la razón por la cual nacimos.

No es la primera vez que sucedió, en el pueblo de Israel, en tiempos del profeta Isaías, el pueblo de Dios, envueltos en su rutina religiosa, con el pasar de los años olvidaron la esencia de por qué  hacían las cosas y llegó el día en que Dios les dijo: “de labios me honran, pero su corazón está lejos de mí, pues en vano me honran”.

¿Qué quería EL? ¿Qué esperaba EL?, no esperaba más que hijos sinceros, hijos genuinos y verdaderos que fueron transparentes en su presencia. Muy probablemente, que dejasen de hablar tanto… y se entregasen de todo corazón. Dios no quería palabras, quería el corazón. Dios hoy no quiere palabras, quiere el corazón.

Toda persona, por naturaleza busca proyectar una imagen, hacer una coraza, una pared, que resguarde lo más preciado que toda persona tiene: “el corazón”, tan sencillo e indefenso, tan poco fuerte y fácil de herir. Se levantan capas y corazas, muchas veces sin darnos cuenta, pero están ahí intentando proyectar una imagen que muchas veces no es genuina, no es transparente, no es integra.

Quizá esa imagen puede ser la de un líder lleno de fe, pero muy probablemente el corazón este todo atemorizado. Posiblemente es un hijo que sirve a Dios en santidad, pero que en su corazón aun permanecen pensamientos de la vieja naturaleza. Quizá, gritamos que somos adoradores en espíritu y verdad pero realmente y genuinamente no oramos en intimidad ni leemos su palabra.

Dios quiere derribar toda imagen en nuestra vida que no es real, quebrantar toda coraza y toda pared que pretende brindar una especie de seguridad falsa. Borrar cada una de esas capas y permitir que el corazón quede desnudo delante de Él, vulnerable e indefenso. Solo El y nuestro corazón.

No hay cosa creada oculta a Su vista, sino que todas las cosas están al descubierto y desnudas ante los ojos de Aquél a quien tenemos que dar cuenta. (Hebreos 4:13)

Ser genuinos, transparentes, ser REALMENTE VERDADEROS nos acerca muy rápidamente a su presencia. Cuando David falló delante de Él, inmediatamente se hicieron capaz y corazas que no le dejaban ver lo malo que estaba en su corazón. Hasta que Dios rompió y quebrantó esas estructuras, y David clamó NO ME ECHES DE DELANTE DE TI, NO QUITES DE MI TU SANTO ESPÍRITU.

Cuando el corazón es vulnerable, es transparente, te das cuenta que no puedes vivir sin Él, te das cuenta que sin El estas muerto. Empiezas a tener una relación de dependencia. Te das cuenta que si no es Él quien pelea por ti, si no recibes la fuerza de Él, nada puedes hacer.

Lider: Jennifer Espinoza.